CANARIASVENEZUELA

jueves, 20 de noviembre de 2008

LOS PAÍSES DEL G-7 PLANTEAN REFORMAR EL FMI Y EL BANCO MUNDIAL

El G-7 pasó por encima del FMI al asignar la tarea de elaborar recomendaciones al Foro sobre Estabilidad Financiera.
A través del hiperactivo presidente francés Nicolas Sarkozy, Europa reclama un segundo Bretton Woods. Es decir, una importante reforma del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial. Se trata de una suerte de operación rescate para dos organizaciones que han perdido vigor, y también de un llamado a una nueva arquitectura financiera mundial. Hasta mediados de octubre, el FMI, la institución financiera más importante del mundo, no jugó ningún rol para contener la crisis de los créditos hipotecarios en Estados Unidos.

El Grupo de los Siete países más industrializados (G-7, compuesto por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón) pasó por encima del FMI al asignar la tarea de elaborar recomendaciones al Foro sobre Estabilidad Financiera con sede en Suiza, dominado por esas naciones.

El FMI hizo gala de incapacidad para prever la crisis. Durante años deploró el creciente desequilibrio macroeconómico entre China y Estados Unidos, que está en el centro del actual caos.

La institución se vio obligada a hacerlo porque el artículo 1 de sus estatutos le establece como propósitos "acortar la duración de los desequilibrios en la balanza internacional de pagos de los miembros" y "reducir su magnitud".

Pero el Fondo carece de todo poder real sobre gigantes como Estados Unidos o China.

Al profundizarse la crisis, Islandia, Ucrania y Pakistán pidieron asistencia financiera al FMI. Fueron los primeros países en hacerlo en años.

Otros los seguirán. Parece que el Fondo está de vuelta en el negocio.

Pero todavía hay un largo camino por recorrer si se quiere que las instituciones fundadas en 1944 en la localidad estadounidense de Bretton Woods (el FMI y el Banco Mundial) impidan que se reiteren las crisis. Es por eso que Sarkozy reclama un Bretton Woods II.

No sería éste, por cierto, el primer proceso de reformas para esas dos instituciones. En los años 70, la principal tarea de ambas dejó de ser garantizar la reconstrucción y la estabilidad financiera de los países ricos para pasar a cumplir esa función en los países pobres.

Ese cambio nació de una doble necesidad. Por un lado, el Banco Mundial y el FMI buscaban un nuevo trabajo. Los países ricos ya no los necesitaban más. La reconstrucción estaba más o menos terminada, pues los gobiernos del Norte podían pedir dinero prestado a su propia población o a los mercados financieros internacionales que entonces renacían.

El FMI también perdió su rol de guardián de la estabilidad de los sistemas monetarios, surgido en Bretton Woods, luego que Estados Unidos se libró del patrón oro y dejó flotar al dólar.

Por otro lado, los mercados financieros desataron la crisis de deuda de los países en desarrollo. Los bancos occidentales, inundados de petrodólares del mundo árabe, seguían dando crédito a las naciones pobres. Muchas de ellas eran gobernadas entonces por autócratas que no siempre usaron los préstamos con sensatez.

En los años 70, los préstamos eran muy baratos, pero eso no duró. En un esfuerzo por combatir la inflación mundial que Estados Unidos había creado al imprimir demasiados dólares para financiar la guerra de Vietnam (1965-1975) y su campaña contra la pobreza, el entonces presidente de la Reserva Federal (órgano que cumple las funciones de banco central), Paul Volcker, cambió abruptamente el curso de los acontecimientos elevando drásticamente los intereses.

Como la mayoría de los préstamos de los países en desarrollo tenían un interés variable -dependiendo de los de Londres o Nueva York-, su servicio de deuda se duplicó o triplicó.

En cuestión de años, la red financiera se cerró sobre muchos países pobres.

Cada vez más países se vieron imposibilitados de pagar sus deudas, y se decidió que el FMI y el Banco Mundial administraran la crisis del endeudamiento.

Desde entonces, las instituciones de Bretón Woods fueron muy asimétricas.

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