"La oposición tiene que salir de sus intereses personales y conectarse con las clases populares"
Entrevista Ricardo Sucre y Orlando Goncalves, analistas políticos
La oposición tendrá que replantear sus metas si quiere sobrevivir luego del 23N, ya que, a juicio del analista político Orlando Goncalves, tras el cierre de las urnas el Gobierno pondrá en marcha un referendo consultivo para dar continuidad a su proyecto de cambio.
-¿Cuál será el panorama tras las elecciones?
-No está claro. En principio, la oposición podría ganar cómodamente en Carabobo y Nueva Esparta. Pienso que los ataques que ha hecho el presidente Chávez en Zulia están funcionando, así que tal vez allí las cosas no estén tan claras para la oposición como estuvieron en el pasado. El mismo escenario se plantea en Sucre, donde había un candidato de oposición con una ventaja inmensa pero hoy no creo que sea tan grande. En Apure y Portuguesa el escenario tampoco está claro para el Gobierno.
-Habla de disidencia chavista, ¿qué le depara a ellos?
-Depende, en el caso de Guárico al Lenny Manuitt recibir el apoyo de Un Nuevo Tiempo (UNT) atravesó definitivamente el puente de la oposición y probablemente no haya retorno. El caso de Portuguesa es distinto, si la candidata de Patria para Todos (PPT) logra el triunfo no me extrañaría que en poco tiempo estuvieran aliados de nuevo con el Presidente.
-¿Cómo cree que el Gobierno se comportará con sus ex aliados?
-Habrá casos en que el Gobierno se radicalice más y diga 'ya usted cruzó el puente; que le vaya muy bien' y va a haber gente que está a mitad del puente a la que le digan 'venga que aquí lo recibimos'. No es tonto, sabe que necesita sumar, así que si hay una oportunidad no la va a desperdiciar.
-¿Hacia dónde debe dirigir la oposición sus esfuerzos luego del 23N?
-Muy probablemente, en diciembre, el PSUV va a recoger firmas para llamar a un referendo consultivo. Eso implica que si lo logran hacer en diciembre, con la euforia de haber ganado un importante número de gobernaciones y alcaldías, probablemente en enero iremos a una consulta con el tema de la reelección o de las misiones. En ese escenario, la oposición va a estar desmoralizada y la población cansada física, emocional y mentalmente; económicamente muy mal parada, con lo cual no habrá capital para afrontar una campaña y a eso hay que sumarle la desesperanza de gente que pudiera participar en el proceso político y que diga 'ya para qué'. Eso provocará que el Presidente tenga una posibilidad importante de llevar adelante su reforma.
-¿Cómo el Gobierno llegaría a obtener ventaja moral?
-A veces no es sólo que el Gobierno la gané sino que la oposición se la permita porque no plantea bien su estrategia. El debate en estas elecciones tenía que ser local, pero el Presidente planteó uno nacional. La oposición debió dar vuelta al juego y no tuvo la capacidad de hacerlo o no quiso. Eso parte desde el problema de la unidad, que estuvo mal planteado porque se hizo desde los intereses de algunos que están pensando en el 2012.
-¿Cómo se puede revertir?
-Si en la política dejas un espacio tu adversario lo va a llenar. El Presidente tiene una clara orientación hacia dónde quiere ir y la oposición tiene que sentarse a pensar cómo hacer para presentarle al país una opción distinta. La oposición debe hacer una revisión de sí misma, tiene que salir de sus intereses personales y conectarse con las clases populares para desarrollar una estrategia que le permita contrastar con el Gobierno.
-No está claro. En principio, la oposición podría ganar cómodamente en Carabobo y Nueva Esparta. Pienso que los ataques que ha hecho el presidente Chávez en Zulia están funcionando, así que tal vez allí las cosas no estén tan claras para la oposición como estuvieron en el pasado. El mismo escenario se plantea en Sucre, donde había un candidato de oposición con una ventaja inmensa pero hoy no creo que sea tan grande. En Apure y Portuguesa el escenario tampoco está claro para el Gobierno.
-Habla de disidencia chavista, ¿qué le depara a ellos?
-Depende, en el caso de Guárico al Lenny Manuitt recibir el apoyo de Un Nuevo Tiempo (UNT) atravesó definitivamente el puente de la oposición y probablemente no haya retorno. El caso de Portuguesa es distinto, si la candidata de Patria para Todos (PPT) logra el triunfo no me extrañaría que en poco tiempo estuvieran aliados de nuevo con el Presidente.
-¿Cómo cree que el Gobierno se comportará con sus ex aliados?
-Habrá casos en que el Gobierno se radicalice más y diga 'ya usted cruzó el puente; que le vaya muy bien' y va a haber gente que está a mitad del puente a la que le digan 'venga que aquí lo recibimos'. No es tonto, sabe que necesita sumar, así que si hay una oportunidad no la va a desperdiciar.
-¿Hacia dónde debe dirigir la oposición sus esfuerzos luego del 23N?
-Muy probablemente, en diciembre, el PSUV va a recoger firmas para llamar a un referendo consultivo. Eso implica que si lo logran hacer en diciembre, con la euforia de haber ganado un importante número de gobernaciones y alcaldías, probablemente en enero iremos a una consulta con el tema de la reelección o de las misiones. En ese escenario, la oposición va a estar desmoralizada y la población cansada física, emocional y mentalmente; económicamente muy mal parada, con lo cual no habrá capital para afrontar una campaña y a eso hay que sumarle la desesperanza de gente que pudiera participar en el proceso político y que diga 'ya para qué'. Eso provocará que el Presidente tenga una posibilidad importante de llevar adelante su reforma.
-¿Cómo el Gobierno llegaría a obtener ventaja moral?
-A veces no es sólo que el Gobierno la gané sino que la oposición se la permita porque no plantea bien su estrategia. El debate en estas elecciones tenía que ser local, pero el Presidente planteó uno nacional. La oposición debió dar vuelta al juego y no tuvo la capacidad de hacerlo o no quiso. Eso parte desde el problema de la unidad, que estuvo mal planteado porque se hizo desde los intereses de algunos que están pensando en el 2012.
-¿Cómo se puede revertir?
-Si en la política dejas un espacio tu adversario lo va a llenar. El Presidente tiene una clara orientación hacia dónde quiere ir y la oposición tiene que sentarse a pensar cómo hacer para presentarle al país una opción distinta. La oposición debe hacer una revisión de sí misma, tiene que salir de sus intereses personales y conectarse con las clases populares para desarrollar una estrategia que le permita contrastar con el Gobierno.
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