CANARIASVENEZUELA

martes, 28 de octubre de 2008

PARAMILITARES EN LA FRONTERA

Las Águilas Negras, grupo paramilitar colombiano, infunde temor en los habitantes de las poblaciones fronterizas del Táchira ante la ignorancia o complicidad de las autoridades.
 
TalCual
David Ludovic Jorge

Pese a sus 57 años y su experiencia como teniente retirado de la Guardia Nacional, José teme salir en las noches a las calles de su Rubio natal, pueblo fronterizo en el estado Táchira. "Desde que aparecieron los panfletos, no salgo de mi casa después de las seis", explica. "Llegaron en moto, lanzando panfletos en todos los barrios de Rubio", tercia un lugareño que pide mantener su identidad en reserva.
"Ellos no son de aquí, son asesinos profesionales, vienen de Medellín, llegan en moto y matan gente. Son las Águilas Negras".
Los panfletos y graffitis fueron distribuidos en Rubio y sus alrededores desde hace mes y medio. El grupo amenaza con una "limpieza social" si se violan las condiciones impuestas por ellos.
Todos aseguran haber visto los panfletos. Por ello, recuerdan sin dificultad su contenido: "Si quiere a su hijo guárdelo temprano", recitan de memoria en voz baja y rápidamente, como si algún "Águila Negra" pudiera escucharlos en el centro de la Plaza Bolívar de Rubio. El resto del texto se lee en el volante que muchos guardan en su casa o negocio, como un amuleto que pudiera salvarlos si la desgracia se le viniera encima. "Si no lo quiere cómprele un ataúd. No queremos jíbaros, fumones, prostitutas, gays, lesbianas, grupos reunidos tomando después de las diez de la noche, cachonas y cachones, roba hombres, roba mujeres, malandros, corruptos, pordioseros", continúa el texto.
A cambio, el Frente Urbano 40 –segundo nombre con el que firma el grupo AUC Águilas Negras– plantea a la vez una promesa o una amenaza. "Queremos vivir tranquilos y una ciudad limpia. Haremos cumplir esto en pocos días".
Así que cuando cae la noche, los de la frontera se convierten en pueblos fantasmas. Pues no sólo sobre Rubio flota el terror. También pueblos como Capacho y San Antonio del Táchira han sido receptores de los motorizados vestidos de negro que igual reparten panfletos como desenfundan armas y empiezan a disparar en sitios públicos.

NADA DE JUEGOS
Así ocurrió en la sala de pool "El Pedregal", en la vía hacia el pueblo de Capacho. Según narraron algunos asistentes y vecinos de la zona, el pasado 30 de mayo de 2008, a altas horas de la noche un grupo de sicarios entró en la sala e inició una balacera contra las personas que jugaban en el sitio.
El relato de los vecinos coincide en que a las afueras del establecimiento los esperaban otros individuos en moto e, incluso, un taxi. El resultado del tiroteo fue la muerte de ocho personas.
Al reseñar el suceso, la prensa regional lo calificó de "sicariato" y lo equiparó a una ejecución cometida en 2006 por un grupo de paramilitares, también en un aparente operativo de "limpieza social".

NO LOS VE LA POLICÍA
"Estamos trabajando como las putas: de noche y mal pagados".
Así responde un agente en la Comisaría de Politáchira del municipio Junín (Rubio) a las preguntas sobre los panfletos.
"Llevamos un mes patrullando y nada. Todas las noches salían dos camiones con treinta guardias nacionales por todos los barrios, a ver si veían algo de lo que decían esos panfletos. No vimos nada. La Disip ya se cansó, y la Guardia Nacional también, y nosotros estamos por cansarnos", relata el policía tachirense que pidió mantener su identidad a resguardo.
Los vecinos del pueblo, sin embargo, no escatiman acusaciones contra la Policía del Táchira. Además de la falta de actuación oportuna, como en el caso del pool de Capacho, aseguran que la policía teme a las "Águilas Negras", y se hace de la "vista gorda" ante sus fechorías.
Las murmuraciones del pueblo han llegado hasta el punto de vincular a funcionarios de Politáchira con los paramilitares y con la mismísima distribución de los panfletos, con tanta fuerza que el propio comandante del cuerpo, Gerardo Sánchez, ha tenido que negarlas.
"Cuando recibimos la información sobre los panfletos que estaban circulando en la ciudad alertamos a todos nuestros funcionarios, hicimos la coordinación con la Guardia Nacional. Los funcionarios del Cicpc también se abocaron a determinar qué personas están involucradas en este hecho", sostuvo Sánchez.

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