CANARIASVENEZUELA

miércoles, 22 de octubre de 2008

FARSA FATAL

Los nuevos gobernadores y alcaldes serán los líderes del renacimiento democrático.
Oswaldo Alvarez Paz
Hugo Chávez fue elegido constitucionalmente en 1998 por cinco años sin reelección inmediata. Lleva una década con tres elecciones y un referéndum presidenciales, dos referéndums constitucionales y varias elecciones para elegir autoridades nacionales y locales. Con una apreciación estricta de estos procesos podría concluirse que hay un piso legal a favor del régimen. Sin embargo, no hay una verdadera democracia en Venezuela. Ni siquiera una aproximación decente por la falta de legitimidad en el ejercicio de la autoridad.

Nunca habíamos tenido un Presidente tan alejado de sus deberes y obligaciones constitucionales, ni unas instituciones públicas tan degradadas ante el poder ejecutivo. Imposible mantener la peligrosa confusión entre democracia y elecciones. Estas son un indicativo de la existencia de aquella, pero no el único ni el más importante.

 No hay democracia cuando desaparecen principios básicos como el equilibrio y la separación de las distintas ramas del poder público o como la subordinación del poder militar a la autoridad civil. Aquí no hay administración de justicia honesta, ni oportuna ni al alcance de unos ciudadanos indefensos, tentados a buscar la justicia por sus propias manos para enfrentar la impunidad reinante gracias a la politización del hampa organizada que aterroriza a la sociedad.

El socialismo del siglo XXI es la coartada ideológica de esta dictadura militar comunistoide que fatalmente mantiene esta farsa que debe terminar. Las elecciones del próximo 23N, sin democracia, son una extraordinaria oportunidad para que la nación exprese su rechazo a un Estado totalitario que dejó de ser su representación jurídica y política para convertirse en opresor. En su caída apela a la amenaza y al chantaje. Los nuevos gobernadores y alcaldes serán los líderes del renacimiento democrático que Venezuela necesita.

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