Alá sea contigo, Alí.
El Nacional
El proyecto de ley de presupuesto que presentó a la Asamblea Nacional el ministro Alí Rodríguez confirma, al dedillo, todas las aprehensiones que habíamos expresado sobre la irrealidad de las previsiones para el próximo año. El mundo que delinea no guarda relación alguna con lo que está ocurriendo fuera de Venezuela ni con lo que se vive dentro de ella. Se trata simplemente de cumplir un trámite formal que los diputados aprobarán sin cambios, acostumbrados como están a complacer sumisamente al Poder Ejecutivo.
La fantasía más fácil de constatar es que, en 2009, la inflación anual alcanzará 15%. En este año ha sido 30%, tres veces mayor que la calculada en el proyecto para 2008. El ministro también anunció que se aplicarían medidas contra el alza de los precios, aparentemente adicionales a los varios planes que ya se lanzaron y que no han surtido efecto. No dijo, por supuesto, cuáles eran.
También predijo que el crecimiento sería de 6%, similar al que se espera para este año. Un informe del Fondo Monetario Internacional presentado este mes de octubre proyecta que el crecimiento de la economía venezolana en el próximo año será de 2%.
En la Asamblea nadie preguntará por qué esa diferencia. Ni tampoco por qué el Fondo Monetario prevé una inflación de 35%, tres veces mayor a la de cualquier otro país del continente.
En relación con el precio del petróleo, que ha caído 50% en los últimos meses, se le calcula a 60 dólares por barril, para poder justificar ingresos petroleros que ya alcanzan a casi la mitad del presupuesto, lo que indica cómo ha aumentado la dependencia de la exportación de hidrocarburos y, en consecuencia, de los mercados mundiales, cuya actual debilidad no es tomada en cuenta para nada.
Pero lo más notable es que mientras la OPEP se apresta a reducir las exportaciones de petróleo, por la caída de los mercados, el ministro Alí calcula que el país futuro que nos pinta aumentará sus exportaciones a 2,9 millones de barriles diarios desde los 1,5 millones que (de acuerdo con las cifras de la OPEP) exporta actualmente. "Aumentarán al doble", según Alí, a pesar de que el ministro Ramírez está promoviendo un recorte de la producción para el próximo año, adicional al que se espera hoy en Viena.
Dentro del mundo mágico del ministro Alí no son necesarios cambios en la política económica. La tasa y el control de cambio oficiales seguirán iguales y nadie se enterará (porque está prohibido mencionarlo) de los otros precios de las monedas.
Lo único nuevo es que no habrá créditos adicionales (que representan una cuarta parte de lo que se gastará en 2008) por lo que tampoco se prevén aumentos de salarios. Esto último quizás se pueda enfrentar atendiendo a los llamados de austeridad que él hace, más por razones morales que por consideraciones económicas. Porque como es fácil de apreciar, la situación económica que presenta es una maravilla. Lo que nos lleva a preguntarnos si lo que cabe es apiadarse de tanta ingenuidad. Alá sea contigo, Alí.
También predijo que el crecimiento sería de 6%, similar al que se espera para este año. Un informe del Fondo Monetario Internacional presentado este mes de octubre proyecta que el crecimiento de la economía venezolana en el próximo año será de 2%.
En la Asamblea nadie preguntará por qué esa diferencia. Ni tampoco por qué el Fondo Monetario prevé una inflación de 35%, tres veces mayor a la de cualquier otro país del continente.
En relación con el precio del petróleo, que ha caído 50% en los últimos meses, se le calcula a 60 dólares por barril, para poder justificar ingresos petroleros que ya alcanzan a casi la mitad del presupuesto, lo que indica cómo ha aumentado la dependencia de la exportación de hidrocarburos y, en consecuencia, de los mercados mundiales, cuya actual debilidad no es tomada en cuenta para nada.
Pero lo más notable es que mientras la OPEP se apresta a reducir las exportaciones de petróleo, por la caída de los mercados, el ministro Alí calcula que el país futuro que nos pinta aumentará sus exportaciones a 2,9 millones de barriles diarios desde los 1,5 millones que (de acuerdo con las cifras de la OPEP) exporta actualmente. "Aumentarán al doble", según Alí, a pesar de que el ministro Ramírez está promoviendo un recorte de la producción para el próximo año, adicional al que se espera hoy en Viena.
Dentro del mundo mágico del ministro Alí no son necesarios cambios en la política económica. La tasa y el control de cambio oficiales seguirán iguales y nadie se enterará (porque está prohibido mencionarlo) de los otros precios de las monedas.
Lo único nuevo es que no habrá créditos adicionales (que representan una cuarta parte de lo que se gastará en 2008) por lo que tampoco se prevén aumentos de salarios. Esto último quizás se pueda enfrentar atendiendo a los llamados de austeridad que él hace, más por razones morales que por consideraciones económicas. Porque como es fácil de apreciar, la situación económica que presenta es una maravilla. Lo que nos lleva a preguntarnos si lo que cabe es apiadarse de tanta ingenuidad. Alá sea contigo, Alí.
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