CANARIASVENEZUELA

martes, 10 de marzo de 2009

Hugo Chávez el gatopardista rojo rojito

EDITORIAL "Así te veo desde aquí... Venezuela!!!
EDUARDO GUERRA
Como diría un viejo refrán, “A falta de dinero… bueno es alardear”. El Gobierno del Presidente Chávez sabe que independientemente que todavía tenga varios millones de dólares (no despilfarrados por ahora) guardados en el Fonden, la caída de los ingresos por concepto de exportaciones petroleras es una carga que la permanente y demostrada incompetencia administrativa de su Gobierno, simplemente no puede aguantar.
Si con un barril de petróleo a más de 120 dólares, la realización de programas sociales y la distribución de becas (Las Misiones) y ayudas se quedaban cortas y han generado protestas constantes en las calles de las ciudades venezolanas, con precios muy por debajo de los 60 dólares, imprudentemente estimados en el Presupuesto Nacional 2009, lo que viene es el caos sociopolítico, mas que un Caracazo, podría llegar un Venezolanazo… Dios nos libre. Lo más grave es que el Presidente, justo el pasado 27 de febrero, en la conmemoración de esa triste fecha, prácticamente alentó de forma irresponsable a que el pueblo vuelva a salir a saquear al país.
Al intervenir y expropiar las plantas agroalimentarias de Polar y Cargill, y amenazar a las otras, el Presidente sólo está tratando de hacer sentir a los sectores populares que sigue siendo el caudillo, el comandante, el que los defiende y lucha por ellos. Claro que en esa estrategia de propaganda gobeliana, inevitablemente se lleva por delante lo que resta de confianza en los inversionistas, los niveles de producción de alimentos y cualquier posibilidad de recuperar al sector privado.
No es una estrategia improvisada, es simplemente una estrategia que, por actuar siempre desde la perspectiva basada en popularidad generadora de sustentación del poder, es, y ha sido siempre, una estrategia equivocada. Los empresarios (banqueros incluidos) deben prepararse para mas agresiones, más intervenciones violentas de un gobierno que tiene gobernadores como García Carneiro, Gobernador del Estado Vargas, que se emborracha, golpea e insulta a un entrenador deportivo y otros gobernadores que en general muestran capacidad sólo para repetir como loros frases del Presidente.
Peor aún, el país entero debe prepararse para un gobierno que no sabe gobernar, que no está, ni estará preparado para resolver los problemas en medio de situaciones económicas y sociales complejas, que se está quedando sin dinero sobrante para tapar sus pecados y que ha convertido a las Fuerzas Armadas Bolivarianas, con plena complicidad o al menos callada aceptación de sus integrantes, en una fuerza pretoriana, ignorando que los pretorianos en el imperio romano jamás impidieron que los emperadores que cuidaban fueran asesinados de diversas maneras. Y a algunos, los asesinaron ellos mismos.
La realidad se impone y Cuba, Brasil y Argentina empiezan a mirar hacia Washington y no a Caracas. Más pronto que tarde lo harán también Nicaragua y Ecuador. Bolivia quizás no, porque Evo Morales vive en otro mundo; Detroit empieza a lograr automóviles que casi no consumen gasolina; China tiene garantizados millones de barriles de petróleo venezolano por los cuales ya pagó –y dinero que el gobierno ya se está gastando; los canadienses ocupan posiciones petroleras abandonadas por Venezuela en Estados Unidos; Venezuela no cuenta en las decisiones mundiales ni latinoamericanas para enfrentar la crisis económica.
La realidad se impone y esa enorme esperanza que Chávez ha podido alimentar constantemente en los sectores populares se va erosionando con las promesas incumplidas, el desabastecimiento de un producto hoy y otro mañana, los enormes aumentos de precios y la inseguridad que no sólo no desaparece, sino que aumenta en todas partes.
La verdad es a veces cruel, y también los partidos y dirigentes de la oposición van a tener que terminar por llegar a acuerdos para que puedan decirle a la gente qué es lo que proponen, y por qué es posible y más conveniente una Venezuela sin Chávez.
Como en la novela El Gatopardo del escritor italiano Giuseppe Tomasi di Lampedusa (1896-1957), el Presidente Chávez con su conducta le esta diciendo a los venezolanos, que hay que seguir profundizando la Revolución roja rojita, y por eso interviene a las empresas arroceras, por eso rota y juega con los únicos ministros que le aguantan en los múltiples ministerios que ha creado.
La cita original del Gatopardo expresa la siguiente contradicción aparente: “Si queremos que todo siga como esta, es necesario que todo cambie”.
El Presidente Chávez lo sabe… cambiar todo aunque sea un suicidio, pero cambiar para seguir atornillado al poder.

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