CANARIASVENEZUELA

martes, 4 de agosto de 2009

Día negro para la libertad de prensa

EDITORIAL

El 3 de agosto de 2009 será recordado como un día negro para la libertad de prensa continental. Hugo Chávez confirmó su posición de enemigo acérrimo de toda emisión de pensamiento que no sea una simple repetición de la propaganda gubernamental, con el ataque con bombas lacrimógenas al canal de noticias Globovisión, así como el cierre masivo de 34 radioemisoras. Mientras tanto, de manera concertada y coordinada, Rafael Correa anunció en Ecuador que muchísimas frecuencias de radio serán revertidas.
Los dos arteros ataques pretenden ser justificados por medio del irrespeto de los medios informativos a leyes de los países. En Venezuela, el viernes fue promulgada una ley para “delitos mediáticos”, y ayer un funcionario de gobierno llegó al colmo del cinismo al condenar la acción ilegal y asegurar que la policía judicial iniciará una investigación del hecho, cometido por esbirros de la Unión Popular Venezolana, integrada exclusivamente por chavistas.
La acción hace que Chávez controle el 52% de las emisoras del país, es decir 400 radios, 36 televisoras, 320 periódicos y 117 páginas de Internet. En Ecuador, Correa actúa de manera parecida, al multar al canal Teleamazonas, y ahora califica a los medios de mediocres, corruptos y mentirosos. Eso significa que muy pronto ese país seguirá los pasos de Venezuela en cuanto a acabar hasta con la más mínima forma de voces discordantes.
Las reacciones no se han hecho esperar. Reporteros Sin Fronteras, desde Francia; la Asociación Internacional de Radiodifusión, desde Santiago de Chile; y la Sociedad Interamericana de Prensa, desde Miami, condenaron la delirante acción de Chávez, que a la vez demuestra el peligro para la libertad de emisión del pensamiento que se cierne sobre Bolivia y Nicaragua. La evidente cercanía del defenestrado Manuel Zelaya, hace que en Honduras haya habido un riesgo de esa libertad democrática fundamental, que afecta a todos los ciudadanos, no solo a los comunicadores profesionales.
Ayer mismo comenzaron las acciones de las radioemisoras, valientes y dignas pero sin muchas posibilidades de éxito, de enfrentar al masivo ataque por medio de emisiones por Internet. Lo ocurrido, por aparte, tiene que ser condenado por la Organización de Estados Americanos y las Naciones Unidas, así como la Unión Europea, que no deben quedarse impávidas ante una arremetida tan frontal contra una de las libertades democráticas fundamentales. Esto es ineludible ante la reciente postura adoptada ante la crisis hondureña, donde argumentaron actuar en defensa de la democracia.
Lo ocurrido ayer demuestra que estaban fundados hasta los peores temores respecto del asalto, desde adentro, de gobernantes que son engendros de dictaduras. América Latina se encuentra a las puertas de un retroceso a los tiempos en que solo era válida la verdad gubernativa y presidencial. Por tratarse de golpes desde el interior del Estado en contra de la población, si se consolidan solo es cuestión de tiempo para que otros gobernantes hagan lo mismo.

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